MATANDO EL TIEMPO PRIMER ACTO INEVITABLE: NACER.

Ahora hay un nuevo elegido. Un hombre preparado y formado para liderar, pero detrás de él vienen otros que esperan su caída para montarse en la cima y desde allí poder gobernar. La historia se sigue repitiendo” Jorge Hugo Marín y su compañía de Teatro la Maldita Vanidad regresan a la neurosis familiar en su nuevo montaje Matando el Tiempo. Matando el tiempo acontece en medio de un tradicional almuerzo familiar de domingo, donde a través de once personajes el espectador descubre la codicia y el abuso del poder heredado. “Con esta nueva obra indago a partir del referente de Ricardo III de William Shakespeare un paralelo histórico que me permito actualizar, imaginando las necesidades que dicho autor tenia para llegar a escribir una de las obras más trágicas y descarnadas de la dramaturgia universal, y que a su vez se ha convertido en un símbolo del abuso del poder” afirma el director.Tradicionalmente el poder está en unas cuantas familias convirtiéndolas en dueñas de una nación. Es tiempo de celebrar, de matar el tiempo mientras llega un nuevo plan. El árbol genealógico lo demuestra, el niño que nace debe continuar con la tradición del abuelo, pero debe ser más astuto, la vigilancia se intensifica, para eso lo educaron mejor, para saber controlar un pueblo enfurecido.Los montajes de la Maldita Vanidad abordan las relaciones humanas con una visión cruda y directa, se apropian de espacios cotidianos donde el público puede llegar a reflejarse en un espejo cruel, ahora a partir de una reflexión sobre el poder. Matando el tiempo hace aparte del programa Beca de Creación a Directores con Trayectoria del IDARTES, además es una coproducción del XIV festival Iberoamericano de Bogotá y cuenta con la actuación de Carmenza Cossío, Angélica Prieto, Ella Becerra, María Soledad Rodríguez, María Adelaida Palacio,, Fernando de la Pava, Juan Manuel Lenis, Ricardo Mejía, Miguel González, Danie Diaza y Santiago Reyes. Esta compañía nació como un laboratorio de artistas jóvenes del oficio teatral colombiano, que busca una construcción profunda de la personalidad de sus personajes y su relación con los espacios naturales, siempre con una identidad desde lo cotidiano y aparentemente simple.